sábado, 25 de enero de 2014

La primera fotografía de embarazo que dio la vuelta al mundo.

Dentro del mundo de la Fotografía Social, la fotografía de embarazos cada vez gana más adeptas, y por lo tanto, es uno de los géneros que más está creciendo últimamente. Sin embargo, aún parecen existir ciertos tabúes, y no todas las futuras mamás se atreven ya no a hacerse fotos, sino a lucir con orgullo su tripita. Las mujeres tendemos a esconder nuestro cuerpo, quizá aún no todas nos atrevamos a lucir con orgullo uno de nuestros puntos fuertes. Porque, el cuerpo femenino, es bello.

Afortunadamente hace poco más de 20 años que esto empezó a cambiar, y hoy en día cada vez son más las que se atreven a posar delante de la cámara para registrar ese momento tan especial. Todas esas mujeres que se animan (y no se arrepienten) a encargar una sesión de embarazo, deberían conocer la historia de otras dos mujeres que "desafiaron" al mundo, y consiguieron que este tipo de fotografías se hiciera popular. Estas dos mujeres son Annie Leibovitz y Demi Moore.

En Agosto de 1991, la portada de la revista americana Vanity Fair creó un revuelo considerable, al mostrar, por primera vez, el cuerpo desnudo de una mujer embarazada como fotografía principal. Pero no solo eso, sino que, para colmo de males, era un cuerpo desnudo, a los 7 meses de embarazo, con una tripa considerable.



A la sociedad le costó encajar este novedoso retrato, y pronto empezaron a llover las críticas: se consideraba esta fotografía "grotesca y obscena", y mientras se redactaban los standards de decencia en un nuevo medio que estaba empezando a andar, internet, esta foto marcó parte de esos standards puritanos. Afortunadamente, muchos le dieron una interpretación mucho más artística, y poco a poco ese impacto social ayudó a que más famosas posaran en "estado de buena esperanza" (y, como estas famosas son siempre inlfuencers, poco a poco mujeres anónimas optaron por sacarse fotos similares, llegando hasta nuestros días este género ahora tan extendido). Actualmente, esta portada es una de las más vistas de todos los tiempos, y la foto en sí se ha convertido en una de las obras icónicas de su afamada autora.

La historia de esta fotografía comienza con la amistad que unía a Leibovitz y Bruce Willis, quien pidió a la fotógrafa americana que hiciera las fotos de su boda con Demi Moore. La fotógrafa se convirtió en la fotógrafa de cabecera de la pareja, juntos y por separado, y Moore le preguntó a Leibovitz si la retrataría cuando se quedase embarazada, proposición que entusiasmó a la fotógrafa, quien accedió encantada.

Tras el éxito en taquilla de Ghost el año anterior, Demi Moore era cada vez más famosa, y había mucha demanda de información sobre su vida. Aprovechando un artículo que se iba a publicar al respecto en Vanity fair, revista donde trabajaba Leibovitz, ambas decidieron llevar a cabo esa promesa de una sesión de embarazo. Al principio desde la revista no veían demasiado claro que esas fotos pudieran ser las que buscaban, pues en una sociedad donde la delgadez es sinónimo de belleza, el cuerpo rotundo de una Moore embarazada de 7 meses podría resultar ofensivo, así que pensaban que quizá fuera mejor ocultar esa tripa, y hacer una portada tan solo con un primer plano de la cara de la actriz. Afortunadamente, tanto la fotógrafa como la modelo decidieron trabajar sin tapujos, sin tabúes y sin ropa, y al final la imagen elegida por los editores fue la que vemos.


A pesar de toda la controversia causada con esta valiente decisión, no todos los ríos de tinta que se vertieron fueron negativos, y esta imagen se convirtió en un icono de belleza y orgullo para las mujeres, pues empezaba a concienciar a la sociedad de la belleza real, aquella que no tiene por qué regirse por un canon concreto. Y aunque aún queda mucho por hacer en ese sentido, sí consiguió que dejásemos de ver como algo negativo el cuerpo de una mujer embarazada.

Para saber más, os aconsejo que visitéis la entrada de wikipedia que explica la historia de esta fotografía y su repercusión, así como un pequeño (y algo confuso) post de un blog sobre fotografía donde se recoge el testimonio de Annie Leibovitz al respecto.

Así que, ya sabéis: cuando os quedéis embarazadas, no dudéis en posar para un fotógrafo, pues estoy segura que la experiencia, y el resultado, os encantarán.

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